Jesús leyó las Escrituras y tú también puedes hacerlo
16 Y vino a Nazaret, donde se había criado; y, conforme a su costumbre, el día de reposo entró en la sinagoga y se levantó a leer.
17 Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el rollo, halló el lugar donde estaba escrito:
18 El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos; a poner en libertad a los quebrantados…
El dominio que tenía Jesucristo de las Escrituras comenzó en su niñez, al estar inmerso en las mismas Escrituras que Él estaba cumpliendo. Cuando buscamos la palabra de Dios, también podemos encontrar inspiración, refugio y poder.
TRES MANERAS FÁCILES DE PARTICIPAR
2. Programa tu alarma 15 minutos más temprano para estudiar las Escrituras.
3. Manda un pasaje de las Escrituras por mensaje de texto a alguien que quizás necesite ánimo.
En el Progreso Personal:
El compartir tus Escrituras favoritas es una forma de dar aliento a alguien más, la mejor forma de conocer y entender las escrituras es estudiándolas, para complementar las obras sugeridas del día completa la Experiencia 1 del valor Conocimiento:
"Lee Proverbios 1:5; 4:7; 2 Nefi 28:30; y Doctrina y Convenios 88:78–80, 118; 90:15; 130:18–19; 131:6 y aprende acerca de la importancia de obtener conocimiento. Piensa en la razón por la que debes obtener conocimiento y comprensión acerca de la forma de aplicar los principios del Evangelio en tu hogar y en tu vida familiar, ahora y en el futuro. Escribe en tu diario lo que hayas aprendido acerca del conocimiento y habla al respecto con un integrante de tu familia o con una líder de las Mujeres Jóvenes."
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