Jesús sanó a los enfermos y tú también puedes hacerlo

2 Y he aquí vino un leproso y le adoraba, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. 3 Y extendiendo Jesús su mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra fue limpiada.
Jesucristo tenía empatía singular hacia el sufrimiento de otras personas. Mientras que muchas personas en ese tiempo ignoraban a los enfermos, Jesús los buscaba. Hoy en día podemos proporcionar consuelo y amor a aquellas personas que están luchando con enfermedades físicas, así como Él lo hizo.
TRES MANERAS FÁCILES DE PARTICIPAR
2. Sé voluntario en un hospital.
3. Dona sangre en el banco de sangre local.
En el Progreso Personal:
"El primer principio del Evangelio es fe en el Señor Jesucristo. Estudia las Escrituras y las palabras de los profetas vivientes para aprender acerca de la fe. Lee Hebreos 11; Alma 32:17–43; Éter 12:6–22; y José Smith—Historia 1:11–20. Lee dos discursos sobre la fe que se hayan dado en una conferencia general. A fin de ejercitar tu propia fe, establece el hábito de la oración en tu vida. Comienza diciendo tus oraciones en forma regular por la mañana y por la noche. Después de seguir este modelo durante tres semanas, habla con uno de tus padres o con un líder acerca de lo que hayas aprendido con respecto a la fe y cómo la oración personal diaria haya fortalecido tu fe. En tu diario expresa tus sentimientos acerca de la fe y la oración."
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