Jesús enseñó a los demás y tú también puedes hacerlo
1 Y al ver las multitudes, subió al monte y se sentó. Y vinieron a él sus discípulos.
2 Y abriendo su boca, les enseñaba, diciendo:
3 Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Las lecciones más poderosas de la historia no se enseñaron en un salón de clases, sino en la falda de una montaña, en un barco y a lo largo de las polvorosas calles de Palestina. Al igual que Jesús, podemos encontrar momentos importantes de enseñanza en todo lugar, lo único que tenemos que hacer es buscarlos.
TRES MANERAS FÁCILES DE PARTICIPAR
2. Enseña a tus hijos algo que hayas aprendido de tus padres o abuelos.
3. Comparte tu enseñanza o historia favorita de Jesús en las redes sociales.
En el Progreso Personal:
"El Salvador es el ejemplo perfecto de integridad; Él hizo lo que le prometió al Padre que haría. Lee 3 Nefi 11:10–11. Estudia la vida de otros personajes de las Escrituras que hayan vivido con integridad. Lee Génesis 39; el libro de Ester; Job 2:3; 27:3–6; Daniel 3 y 6; Hechos 26; Doctrina y Convenios 124:15; y José Smith—Historia 1:21–25. En tu diario señala las formas en las que esas personas demostraron integridad. Piensa en alguna ocasión en la que hayas tenido el valor de demostrar integridad, especialmente cuando no era lo más fácil. Comparte tu experiencia y tus sentimientos al respecto en una reunión de testimonio o en una lección con tus padres o un líder."
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