Al niño con amor, protege del dolor;
su amor tendrás una eternidad.
Las madres son divinas;
llamadas son de Dios,
y han de enseñar con caridad.
Hay un lazo especial entre una madre y su Dios;
le sirve ella con sincero amor.
Él manda un hijo aquí,
confiándole su ser,
para enseñarle amor y oración.
Al niño con amor, protege del dolor;
su amor tendrás una eternidad.
Las madres son divinas;
llamadas son de Dios,
y han de enseñar con caridad.
Los cielos buscan madres que comprendan bien el plan,
para ayudar al niño a descubrir;
su herencia espiritual,
su origen celestial,
y el camino a Dios por dónde ir.
Al niño con amor, protege del dolor;
su amor tendrás una eternidad.
Las madres son divinas;
llamadas son de Dios,
y han de enseñar con caridad.
su amor tendrás una eternidad.
Las madres son divinas;
llamadas son de Dios,
y han de enseñar con caridad.
Hay un lazo especial entre una madre y su Dios;
le sirve ella con sincero amor.
Él manda un hijo aquí,
confiándole su ser,
para enseñarle amor y oración.
Al niño con amor, protege del dolor;
su amor tendrás una eternidad.
Las madres son divinas;
llamadas son de Dios,
y han de enseñar con caridad.
Los cielos buscan madres que comprendan bien el plan,
para ayudar al niño a descubrir;
su herencia espiritual,
su origen celestial,
y el camino a Dios por dónde ir.
Al niño con amor, protege del dolor;
su amor tendrás una eternidad.
Las madres son divinas;
llamadas son de Dios,
y han de enseñar con caridad.
Letra por Jayne L. Brown; música por Robert F. Brunner
(de Un canto del corazón, 14)
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