En el ocaso
sucedió
Que estando
sólo el viento y yo
La melodía
que escuché
Llenó mi
alma de placer
Canción de
aves,
Árboles y
sol.
En el
invierno persistió,
La primavera
la oyó,
Y la canción
me iluminó
Cantar de
amor me suspiró
Y el tema en
mi corazón creció
Y en mi alma
escuché:
“Amar servir
a todo ser”
Mi alma se
maravilló,
Mi ser feliz
se iluminó,
Al escuchar
palabras de verdad.
Al desolado,
consolar
Al enemigo,
caridad
Tomar la
mano en dolor
Y alabar con
gozo al Señor,
Con gozo al
Señor
Dad agua
viva de la eternidad
Dad agua
viva de la eternidad.
Letra por Laurie A. Huffman; música por Newell Dayley
(de Un canto del corazón, 4)
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